No sé bien la razón pero parece ser que hoy en día a una gran
mayoría de personas nos da por emparejarnos con alguien y en un gran número de
ocasiones tener hijos con ese alguien. Aunque muchas veces la pareja es
fuente de dominación, conflicto y violencias más o menos explícitas también es
verdad que puede darnos una estabilidad afectiva, una paz y un crecimiento
igualmente grandes.
No se vosotras pero yo me emparejé
buscando llenar ese hueco, buscando ese amor que me haría feliz, que
daría un sentido a mi existencia. Vamos, que fui presa fácil de series de tv,
películas y canciones románticas en mi adolescencia...Pero cuando creí haber
encontrado al hombre de mi vida, la felicidad duró poco o pronto tuvo que
compartirse con el miedo, la inseguridad, la desilusión...
Miedo primero de perderle, ¿quién me aseguraba
que se quedaría conmigo para siempre?
Inseguridad, ¿por qué me habrá elegido a mi? ¿No ha
visto a todas las demás?
Y poco a poco la desilusión de ver que él no solo no podía llenar
mi carencia sino que él también tenía la suya y vaya, como por casualidad,
esperaba de mí que la llenara!!!Vaya chasco!!!Esta parte no salía en las pelis...
Con la llegada del primer bebé la situación no mejora.
Bueno, no es el amor perfecto pero si
será el padre perfecto-pienso en mí subconsciente...
Pues tampoco!
Desde el momento del parto en que me
miraba con una cara de no entender nada, hasta la ola de emociones que vino
durante la crianza, donde también me miraba con cara de: Y ahora que le digo...
Cuántas veces he querido abrirle mi
corazón, contarle eso que tanto me preocupa y su respuesta me ha parecido
totalmente desubicada, fuera de contexto...cuántas veces he querido que actuase
de otra manera, cuántas veces esperaba que fregara los platos y él en cambio
miraba su mail...cuántas veces me ha parecido que no actuaba de forma adecuada
con los niños, cuántas veces por fin los niños acostados, he ido a la cama con
velitas y ganas de estar juntos y oigo esa respiración profunda que
significa "of".
NO, él no es el hombre perfecto, aquel que hará justo aquello que yo
deseo. No, el no es el papá que cuidará de la niña abandonada. No, el no
es igual a mí en la relación con nuestros hijos.
No, el no sabe escuchar como un
terapeuta. No, el no sabe conversar como una amiga.
No, el no es un buen amo de casa.
No, el no está siempre bien. No, el no
está siempre disponible.
No, mi pareja no es mi marioneta.
Él es un ser humano. Es un sujeto. Es alguien que siente,
piensa y camina por su cuenta. Y su misión en la vida es suya y no mía. Y su
camino es suyo y sus procesos son suyos y su vida es suya.
Vaya descubrimiento, verdad??
Pues si...así que ahora que cayó mi
fantasía me decido a conocer a este ser humano que tengo delante.
Y os digo que por lo que voy viendo es más
guapo y más maravilloso que el otro...vaya suerte! Me podía haber salido mal
pero resulta que el real es mejor que el de mentira...Además, roto el engaño,
me toca asumir la responsabilidad de mi propia vida...Y de todas formas, ya lo
dijo algún maestro o maestra:
"La felicidad no llega por el amor
que recibimos sino por el amor que damos".
Rocio Araya.
*(ilustraciones: Rocio Araya)