Está
claro que la llegada de un primer hijo produce cambios profundos en
la vida de una pareja y claro esta en la madre y en el padre. Pero,¿qué pasa cuándo llega el segundo
hijo? Los padres ya están mas preparados, se sienten relajados y su
vida ya está hecha a medida de los niños.
Sin embargo,hay un nuevo
desafío pues el primer hijo que ahora tiene quizás dos, tres o
cuatro años esta nueva situación le coge totalmente por sorpresa.
Voy
a hablar de mi experiencia.
Cuando nació mi segunda hija Violeta,
Antuan, el primero,tenía tres años. Era un niño, que yo consideraba casi
grande ya que hablaba perfectamente, tenía mucha autonomía, no
usaba pañales, dormía en su camita ...además era de carácter
tranquilo y suave.
Cuando nació su hermanita este niño comenzó a
comportarse de maneras nuevas. Nerviosismo inexplicable,vuelta a la
cama de papá y mamá, gritos...
Él
me expresó cuando el bebé tenía apenas unos días:
-Mamá
¿por qué no dejamos al bebé debajo de la mesa y nos vamos?
Mas
tarde mediante juegos, la asesinaba, la aplastaba,la tiraba por la ventana y otras acciones que
probablemente he olvidado.En esa época descubrió el gusto por las
armas y juegos bélicos con aquello que encontraba a su alcance como
palos o ramas,ya que no solemos tener armas en casa ni acceso a ese
tipo de juguetes.
Algunos
días creía que mi dulce hijo se había transformado en un psicópata
y que si no hacía algo sería alguien peligroso para la sociedad.
Yo,
que creía que iban a quererse desde el primer día, porque en ningún
momento iba a dejar de dar atención al hermano grande, me sentía
fracasada, desanimada y agotada.
Amar es aceptar al otro de un modo incondicional y yo no lo estaba haciendo con mi hijo.
Querer
continuamente que las cosas sean de otra manera es AGOTADOR. Luchar
con lo que es la realidad nos llena de SUFRIMIENTO.
Entendí
que yo no aceptaba los sentimientos de mi hijo y que al no hacerlo lo
estaba de algún modo rechazando, lo que es igual a no amarlo. Esto
empeoraba su situación porque venía a confirmarle una y otra vez lo
que el tanto temía:
" Mamá ya no me quiere."
Así
que probé a aceptar la realidad que era esta: Mi hijo, de momento
no podía querer completamente a su hermanita.
Aunque
a veces tenía sentimientos de amor hacia ella también deseaba su
desaparición y la vuelta al estado de armonía con su mamá.
Por
eso, empecé a verbalizar aquello que el hacía y expresaba dándole un nombre y no rechazándole por ello..
-"Veo
que te gustaría que ella no estuviera. Parece que estás muy
enfadado con ella."
Y
de ese modo al menos él empezó a sentir que yo no lo rechazaba por
eso que el sentía y que aunque nunca le dejaría hacer un daño a su hermana tenía derecho a sentir esas cosas.¿Por qué?
Porque
a él nadie le preguntó si quería tener una hermanita. Porque por
su etapa evolutiva no estaba preparado para sentir empatía por
otro, ni para compartir a mamá y papá.Porque yo misma inconscientemente le había
rechazado en numerosas ocasiones desde la llegada de su hermana.
Tengo
que decir que ahora que el nuevo bebé tiene ya dos años y medio y
su hermano mayor tiene cinco y medio es maravilloso ver la relación
que tienen entre ellos. Ahora si puedo decir que se quieren, que comparten y
aprenden a estar juntos con sus diferencias. Todavía están en
momentos diferentes y a menudo chocan sus intereses y cuesta compartir el mismo espacio.Sin embargo ahora
puedo decir que predomina el amor sobre la rabia.
Está
claro que no todos los hermanos se muestran celosos al nacimiento de
sus hermanos.Va a depender en gran medida de la edad del niño.
Cuánto mas mayor mas preparado estará para aceptar la llegada de
otro. También cuánto mas se halla sentido respetado y amado mas
podrá aprender a amar y respetar a otro.
Lo que está claro y lo que
yo aprendí de todo esto es que es mejor aceptar las emociones de un
niño,(también las nuestras) sean las que sean, darles nombre, y dejarles sentirlas.
Por
favor, que nadie me mal interprete:¡¡ No hay que dejar pegar al
hermano pequeño!!! También es nuestra responsabilidades poner
límites a estas emociones y darles una buena salida ya que una vez
mas el niño no esta preparado para ello.
En
fin, para terminar decir que creo que es profundamente positivo para
una persona tener hermanos y hermanas a pesar de los dolores que
pueda traer en un primer momento.Aquel que tenga hermanos o hermanas ya nunca
estará solo.