Acompañar a otro ser
humano en su proceso de crecimiento y de creación de su propia identidad
requiere tiempo, disponibilidad, paciencia (la ciencia de la paz), amor
ilimitado y respeto. Que, a veces, se nos escurren entre el estrés del ritmo
diario, nuestro propio proceso personal y las necesidades no resueltas. Las llamadas crianzas con apego, crianza respetuosa o natural nos
exigen previamente haber transitado algunos
caminos de desarrollo personal y autoconocimiento que, rara vez, hemos pensado
que necesitaríamos para ser madres.
Durante nuestra
infancia, y através de las experiencias dolorosas y/o traumáticas que hemos
experimentado, hemos ido configurando alrededor de nuestra verdadera identidad,
Self o Ser, una capa de dolor que lo protege. Son los dolores no llorados, las
experiencias que pugnan por salir, las emociones bloqueadas. Esa capa de dolor
está a su vez siendo protegida por otra capa de miedo. Esta capa de miedo nos
protege de mirar en el interior, nos mantiene en un estado superficial. El
miedo, a su vez, es protegido por los prejuicios, las opiniones tenaces que
asumimos como reales: desde los “yo no valgo” a “nadie me va a querer” a “los
hombres siempre abandonan a las mujeres” o “los bebés manipulan a sus madres”,
“hay que dar de mamar cinco años”, “las demás son malas madres”… y así un largo
etcétera. Y, por último, rodeando esta capa de
prejuicios, emerge una ideología: un conjunto de ideas que caracterizan mi
forma de pensar y, por resultado, lo que yo creo que es la Vida. A veces,
convertimos la crianza respetuosa en una ideología, un conjunto de ideas que
interiorizo y asumo desde esta esfera periférica. Y aquí comienzan los
problemas y las dificultades para llevar a cabo la titánica tarea de criar a un
hijo con el amor y el respeto que se merece.
En realidad, la crianza
tiene que ver con el Ser, con dar con mi núcleo, con saber quien yo soy, con
experimentar la dignidad que como ser humano poseo y, desde ahí, relacionarme
con el respeto, la consideración y el amor que el otro, mi hijo también,
merece. El viaje de la maternidad es el viaje desde la ideología hasta el
Ser. Pero para llegar a él, habrá que atravesar nuestros prejuicios, miedos y
dolores. Entonces, la madre que somos nacerá.
Mónica Felipe-Larralde.Este articulo forma parte de la presentación de las Jornadas Online sobre El nuevo paradigma de la crianza que tendrán lugar el 25 de Mayo y el 1 de Junio de 2013. Más abajo os dejo el link donde podréis encontrar toda la información necesaria por si os interesa inscribiros, también podréis encontrar la presentación y artículos de todos los ponentes que participarán en las Jornadas como por ejemplo Rosa Jové.
Que lo disfruteis,
Lorena.
http://elnuevoparadigmadelacrianza.blogspot.com.es/2013/05/el-bienestar-emocional-del-bebe.html
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